Asesoramiento: Lic. Fabiana Alejandra Cisneros – Esp. Educación Especial • MPC 3342 • Psicopedagoga
CONCIENCIA Centro Pediátrico de evaluaciones cognitivas Cnel. Dávila 791 Bº Ciudad de Nieva / • Cel: + 54 9 3885121111

En estos tiempos, nos encontramos frente a un nuevo contexto tratando de adaptar la enseñanza a las nuevas exigencias, a los nuevos formatos, en otras palabras, de decir presente en medio de la pandemia que hace temblar la humanidad, pero no debemos olvidarnos que hemos cambiado los recreos, los juegos, los abrazos, los saludos, las tareas en grupo por tapabocas, máscaras, distancia y lo individual sin poder compartir. Cambios que impactan en la vida de nuestros niños

Nadie sabe qué pasará y, mientras tanto, cada escuela, cada docente, cada estudiante va construyendo un aula posible, muy lejos de lo ideal, un aula donde quedan en evidencia lo diverso y las desigualdades. Ante este panorama tan adverso es necesario cuidarnos, pensar en el otro, pensar en la contención y lo emocional, pensar en desafíos intelectuales desde la posibilidad de crear, desafíos que pongan en marcha la capacidad de aprender desde el deseo.

Los docentes debemos pensar en sorprender a nuestros alumnos, entusiasmarlos, brindarles la posibilidad de desplegar habilidades por medio de una explicación más acabada desde la presencialidad sobre aquello que se hará desde la virtualidad para que de esta forma logren afrontar la tarea sin tanta presión, sin tanta ayuda, con más autonomía.

¡Qué importante sería que podamos cambiar el chip!

Si cambiamos el chip, si pensamos que con cortas edades nuestros estudiantes soportaron o siguen soportando el golpe de la pandemia de la misma forma que la soportamos los adultos, lograríamos darles un respiro, potenciar sus aprendizajes y evitar el colapso de la familia que desde el principio de este caos tiene alterada la rutina, los horarios y los espacios. Las prioridades cambiaron, con ello la enseñanza y sobre todo la vida de nuestros niños.

No es pensar en menos contenidos, es pensar en que podemos brindar una oportunidad para hacer de esta escuela que se construye con nuevos formatos y agrupamientos del mejor lugar para alojar a los niños/as y jóvenes, cualquiera sea su modalidad o nivel un lugar que los aloje desde la empatía. Este es el momento de generar entornos colaborativos de aprendizaje: de seguir aprendiendo del y con los otros, de pedir ayuda, de probar, de equivocarnos y no sentirnos mal por eso.

De que las cosas no están “bien” o “mal”, de estar abiertos a nuevas propuestas y como siempre a la posibilidad de seguir repensando nuestra tarea, hoy con más compromiso que nunca.

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