
Asesoramiento: Dra. Mara Morales – Neuróloga
CONCIENCIA Centro Pediátrico de evaluaciones cognitivas Cnel. Dávila 791 Bº Ciudad de Nieva / • Cel: + 54 9 3885121111
Dormir no es solo descansar…el sueño es un proceso fisiológico activo, que cumple muchas funciones. En los niños la falta o mala calidad en el mismo los lleva a tener desde mal humor hasta dificultades en el crecimiento. Se estima que un 30% de la población pediátrica presenta trastorno en el sueño y en su gran mayoría son transitorios.
Tal es la importancia que el hombre invierte un tercio de su vida en dormir; a los 2 años el niño ha pasado 9500 hs durmiendo, contra 800 hs despierto. Entre los 2 a 5 años, la cantidad de tiempo es casi igual y en los mayores de 5 años la proporción es de un 40 % del día.
El sueño tiene una función restauradora, favorece los procesos energéticos y la síntesis de proteínas, incrementa la liberación de hormonas de crecimiento, disminuye la respuesta al estrés (síntesis de cortisol) y favorece la regeneración celular. Tiene un papel relevante en los procesos de atención, memoria y en la consolidación del aprendizaje.
En el adulto su alteración provoca somnolencia, déficit cognitivo y síntomas psiquiátricos como trastornos del ánimo e irritabilidad. Promueve la fatiga y disminuye la capacidad de percepción, cognición y psicomotora.
En los niños la falta de sueño se manifiesta como una hiperactividad paradójica, déficit de atención, problemas de aprendizaje y de forma crónica con dificultades en el crecimiento corporal.
LAS NECESIDADES DE SUEÑO SON VARIABLES SEGÚN LA EDAD
+ Los Recien Nacidos duermen unas 16, 18 horas.
+ A los 2 años un promedio de 13 horas de sueño al día.
+ Entre los 3-5 años unas 10-12 horas.
+ A los 5 años los niños duermen unas 11 horas al día.
+ Entre los 6-10 años el promedio de horas de sueño es de 10 horas al día.
+ A los 6 meses el bebé establece su ritmo de vigilia-sueño con un sueño nocturno de hasta 5 horas seguidas. En condiciones normales, los despertares durante el sueño disminuyen significativamente en la etapa prepuberal (preadolescente), respecto a la infancia.
Las siestas son normales hasta los 3-4 años (hasta los 18 meses de edad, una siesta matutina y otra por la tarde).
Los despertares nocturnos son normales a ciertas edades: aparecen en un 20-40% de los niños menores de 3 años, en un 15% a los 3 años y en un 2% de los niños a los 5 años. Los adolescentes necesitan dormir unas 8-10 horas al día y presentan un cierto retraso del inicio del sueño (tienden a acostarse tarde y a despertar por la mañana más tarde de lo habitual).
¿CUÁNDO SOSPECHAR UN PROBLEMA DE SUEÑO?

MEDIDAS PARA MEJOR EL SUEÑO
