Asesoramiento: Dr. Fernando Daniel Ustares – Especialista Universitario en Gastroenterología MP 2788 – MN 99.874

Los Coronavirus son una familia de virus que afecta fundamentalmente a los animales. Antes del año 2000 sólo 2 especies eran conocidas por afectar al ser humano. En el año 2000, se aíslan 2 nuevas especies. En conjunto, estas cuatro especies producen el resfrío común. Pero a partir del 2002, surgen 3 nuevas especies que causan infecciones respiratorias graves. El SARS-CoV-1 (especialmente en China), el MERS-CoV (Arabia Saudita) y el SARS-CoV-2 de la actualidad que se ha transformado en una pandemia y produce la enfermedad denominada por la OMS como COVID-19.

Estas tres especies tienen en común que se producen a partir de un “salto de especie”. Es decir, desde los animales al ser humano, produciendo neumonías graves y falla respiratoria con alta mortalidad. En el SARS CoV-2 este salto de especie se produce desde los murciélagos. Las causas de este salto de especie se desconocen, pero influye el contacto estrecho con el ser humano.

Si bien las manifestaciones clínicas de la enfermedad COVID-19 más conocidas son las respiratorias (tos, dificultad respiratoria, fiebre, cefaleas, mialgias, hasta las neumonías graves con fallo multiorgánico) este virus produce manifestaciones en otros sistemas como el Aparato Digestivo.

La forma de contagio habitual es a través del contacto estrecho entre personas, principalmente por vía respiratoria ya sea al hablar, estornudar, toser o el contacto con superficies contaminadas. Otra particularidad de este virus es la capacidad de aerosolizar con ciertos procedimientos médicos como nebulizaciones (no recomendadas), intubación oro-traqueal, endoscopias por vía alta o en cirugías laparoscópicas.

Respecto a la transmisión fecal-oral, al momento actual se desconoce si es factible, ya que si bien se han aislado fragmentos del virus en materia fecal, se cree que éste no es viable por lo tanto no sería una forma de contagio posible.

La gravedad de la enfermedad se relaciona a ciertos grupos de riesgo, en especial tener más de 65 años, obesidad, cardiopatía, diabetes, cirrosis, insuficiencia renal. Esta gravedad se asocia al concepto de “tormenta de citoquinas” donde hay una desregulación del sistema inmune. Activándose la cascada de la inflamación en forma exagerada y descontrolada, generando una falla multiparenquimatosa (es decir de más de un órgano)

El diagnóstico se basa en la detección del ARN viral en el hisopado nasofaríngeo, saliva o nasal. A los 5-7 días aparecen los anticuerpos IgM y alrededor de los 14 días las IgG.

Manifestaciones Gastrointestinales

Si bien los reportes iniciales de China se focalizaron en las manifestaciones respiratorias, con el correr de las semanas y la expansión de la pandemia se fueron conociendo otras manifestaciones.

Las más difundidas: anosmia (incapacidad de sentir los olores) y disgeusia (incapacidad de sentir los sabores). La diarrea, náuseas y vómitos son mucho más frecuentes de lo que se creía. Esta diarrea suele ser del tipo acuosa, autolimitada, en algunos casos, formas severas con sangre.

Estas manifestaciones pueden preceder a la enfermedad o acompañarlas por eso es muy importante conocerlas e interrogar a todo paciente que en la actualidad tenga síntomas sugerentes de gastroenteritis y preguntar sobre síntomas respiratorios, así como hacer seguimiento de todo paciente con síntomas digestivos dado que pueden preceder a la sintomatología respiratoria.

Otra de las manifestaciones es la anorexia (falta de apetito) y el dolor abdominal, usualmente reportado como en epigastrio. Incluso episodios de acidez con sensación de ardor retro esternal y reflujo que afecta incluso a la boca. Estos últimos síntomas se caracterizan por ser extremadamente intensos, no responder a antiácidos a dosis altas, no mejorar con diferentes posturas, incapacita a los pacientes el descanso nocturno con sensación de “desesperación” e incluso es una causa de internación ya que pueden llegar a requerir hidratación endovenosa. Las manifestaciones digestivas se han asociado a mayor gravedad del cuadro.

Otro de los órganos frecuentemente afectado es el hígado con elevación de las enzimas hepáticas en más del 30% de los pacientes, habiendo cuadros descriptos tipo hepatitis.

Los pacientes con cirrosis, constituyen un grupo de riesgo para formas graves.

Una situación distinta es la de los pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn). Las recomendaciones actuales son: seguir las recomendaciones de la población general (barbijo, distancia social, lavado frecuente de manos) y que NO suspendan ninguna medicación. No se ha demostrado hasta el momento que estos pacientes estén en mayor riesgo de desarrollar la enfermedad así como tampoco hay datos que sugieran que la infección pueda desencadenar recaídas de la enfermedad.

Otra enfermedad que se está siguiendo de cerca es la enfermedad celíaca. Pero la situación clínica es distinta ya que no son pacientes inmunosuprimidos, aunque es conocido que tienen aumentado el riesgo de neumonías o formas más severas de influenza (virus de la gripe común).

Covid-19 y Endoscopía

Los procedimientos endoscópicos altos son considerados de alto riesgo dado la presencia del virus SARS-CoV-2 en nasofaringe mientras la colonoscopia se considera de riesgo intermedio ya que si bien está presente el RNA del virus, su viabilidad es cuestionada. La recomendación general es realizar una buena valoración previa de los pacientes interrogando sobre clínica sugerente de COVID-19 o contacto con personas COVID-19 y diferir los procedimientos de ser posible, ante respuestas positivas. Similar triage el día del procedimiento con un seguimiento post-endoscopia telefónico.

Se recomienda proteger a todos los pacientes que concurren a realizarse una endoscopia y proteger a todo el personal de salud que realiza procedimientos endoscópicos con el equipo de protección personal (EPP) adecuado. Según publicaciones internacionales evaluando la endoscopia durante la pandemia se llegó a la conclusión que: “la endoscopia sería de bajo riesgo de transmisión” tanto para pacientes como para el personal médico.

“En conclusión, el aparato digestivo es un sitio frecuente de afectación por el COVID-19 y puede ser la única manifestación de la enfermedad. Es necesario conocer sus manifestaciones además de tener presente las particularidades en las enfermedades inflamatorias intestinales, enfermedades hepáticas o en la enfermedad celíaca. La pandemia ha cambiado nuestra forma de atención médica y también la forma de realizar procedimientos endoscópicos en forma segura.”

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