Asesoramiento: Dra. María Virginia Bürgesser • Anatomopatóloga, MP 3883
CEDAP • Laboratorio de anatomía patológica y citología – San Martín 662 PB 1º / Tel. 0388 – 4227530

El patólogo cumple un papel muy importante en este proceso de diagnóstico, porque analiza la biopsia del tumor, definiendo, en primer lugar, si es un cáncer de mama y, luego qué tipo de cáncer es, qué grado tiene. Debe decir o intentar decir qué agresividad histológica tiene el tumor, un factor no menor para trazar un posible cuadro de riesgo o evolución en cada caso.

Hay un segundo rol, no menos importante, que tiene que ver con evaluar qué expresión de ciertas proteínas tiene ese tumor. Es lo que llamamos el “perfil inmunohistoquímico”. Se realiza sobre la misma biopsia que ya tenía el tumor (no hay que hacer una nueva biopsia), como estudio complementario, a través de un método que se conoce como inmunohistoquímica. Se debe realizar en todos los cánceres de mama, porque sus resultados también definen ese cuadro de riesgo o evolución que la paciente va a transitar.

Esos datos ayudan enormemente a los médicos que van a tratar al paciente.

Hay un tercer rol, que tiene que ver con el diagnóstico en el caso de metástasis o recidiva, en el que también debemos definir si existe relación entre la enfermedad mamaria previa y la enfermedad actual, aunque hayan pasado muchos años. Se procede de la misma manera, determinando qué tumor es y qué perfil de inmunohistoquímica tiene.

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