Lic. Aladzeme, Rodrigo (MP 284) Lic. en Psicología – Coordinador de grupos terapéuticos de violencia de genero, Esp. violencia y masculinidades. IG. @royaladzeme

La salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. Es parte fundamental de la salud y el bienestar que sustenta nuestras capacidades
individuales y colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos.
La salud mental es, además, un derecho humano fundamental. Y un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico. La salud mental es más que la mera ausencia de trastornos mentales. Se da en un proceso complejo, que cada persona experimenta de una manera diferente, con
diversos grados de dificultad y angustia y resultados sociales y clínicos que pueden ser muy diferentes.

Importancia de la salud mental:

Estadísticas globales La violencia y la criminalidad en la región son esencialmente fenómenos urbanos, el 60% de las personas que viven en ciudades de países en vías de desarrollo han sido víctimas de algún tipo de
violencia y además de la delincuencia por lo menos una vez en los últimos cinco años. El Consumo problemático se elevó a 292 millones en 2022, lo que representa un aumento de 20% en 10 años. El cannabis
sigue siendo la droga más ampliamente consumida en todo el mundo (228 millones de consumidores), seguido por los opioides (60 millones de consumidores), las anfetaminas (30 millones de consumidores),
la cocaína (23 millones de consumidores) y el éxtasis (20 millones de consumidores).

Los Suicidios cada año son más, siendo aproximadamente 720.000 al año, es la tercera causa de defunción entre las personas de 15 a 29 años. El 73% de los suicidios ocurren en países de ingresos bajos y medianos. Las causas del suicidio son múltiples, ya que incluyen factores sociales, culturales, biológicos, psicológicos y
ambientales presentes a lo largo de la vida. Por cada suicidio, muchas más personas intentan suicidarse. En la población general, un intento previo es un importante factor de riesgo de suicidio.

La articulación entre las enfermedades mentales, la psicoterapia y el cuidado

La conexión entre los trastornos mentales, la psicoterapia y el cuidado se basa en la interacción entre el diagnóstico de los problemas psicológicos, las terapias y herramientas psicológicas utilizadas para tratarlos y un enfoque global en el bienestar de la persona. Las enfermedades mentales son un fenómeno que afecta a millones de individuos en todo el mundo y requieren un tratamiento multidisciplinario que combine
terapia psicológica, atención médica.

Herramientas en salud mental: Un enfoque clave es la resiliencia mental y el mindfulness

Jon Kabat-Zinn, uno de los pioneros en la difusión del mindfulness en el mundo occidental, lo define como: “Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”. Nos ayuda a reconocer lo que está ocurriendo mientras sucede.

Componentes del mindfulness

  1. Atención al momento presente: Centrarse en el momento presente en lugar de estar pendiente del pasado (rumiaciones) o del futuro (expectativas, deseos y temores).
  2. Apertura a la experiencia: Capacidad de observar la experiencia sin interponer el filtro de las propias creencias. En otras palabras, observar la experiencia como si fuera la primera vez, cualidad que en el Zen se denomina “mente de principiante”.
  3. Aceptación: Se puede definir aceptación como, experimentar los eventos plenamente y sin defensas, tal y como son. También como el no oponer resistencia al fluir de la vida. Las personas incurren en conductas desadaptativas en un intento de evitar experiencias displacenteras. En la medida en que puedan aceptar que esas experiencias son ocasionales y limitadas en el tiempo, no necesitaran recurrir a tales conductas.
  4. Dejar pasar: Consiste en desprenderse, desapegarse de algo a lo que nos aferrábamos. Una de las características de nuestro yo es procurar atesorar cosas, relaciones, poder, dinero. Se cree erróneamente, que cuanto más posea, cuanto más se controle, cuanto más se consiga, más feliz se será. El afán de aferrarse choca con una característica básica de la realidad que es la temporalidad de las cosas.
  5. Intención: Es lo que cada persona persigue cuando practica mindfulness. Esto podría sonar contradictorio con una de las actitudes del mindfulness que es el no esforzarse por conseguir ningún propósito. Cuando se está meditando no se debe tratar de conseguir ningún propósito inmediato, simplemente hay que participar con conciencia plena de lo que se está haciendo. Sin embargo, también
    hay que tener un propósito, un objetivo personal para movernos hacia ese propósito.

Mindfulness: aplicaciones clínicas

  1. Estrés – Distrés: La evidencia sobre mindfulness incluye revisiones sobre estrés y distrés, la mayoría no define la diferencia entre estos términos, usándolos indistintamente. Khoury en el 2013, en un
    metaanálisis sobre Intervenciones basadas en Mindfulness, revisó un total de 209 estudios, concluyendo que las intervenciones basadas en mindfulness son tratamientos efectivos para una variedad de problemas psicológicos, en especial el estrés. También Khoury en otro metaanálisis sobre MBSR publicado este año, de un total de 29 estudios, se concluyó que el MBSR es moderadamente efectivo para reducir el estrés.
  2. Trastornos del estado de ánimo: Klainin Yobas, Cho y Creedy en el año2012, realizaron un metaanálisis donde se evaluó la eficacia de las intervenciones basadas en mindfulness en síntomas depresivos en
    personas con patologías mentales, que incluyó 39 estudios. Se concluyó que las intervenciones basadas en mindfulness eran eficaces para aliviar los síntomas depresivos y sugerían usarlo en conjunto con otros tratamientos
  3. Trastornos de ansiedad: En un estudio realizado por Evans en el 2008 se evaluó a once pacientes con trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Los resultados obtenidos indicaron significativa reducción de síntomas ansiosos y depresivos respecto a la línea basal.
  4. Somatización: En una revisión sistemática realizada en el 2013, para evaluar la eficacia de las intervenciones basadas en mindfulness, Lakha y Schofield hallaron que estas intervenciones disminuían el dolor, la ansiedad, depresión y la severidad de los síntomas asociados con a la somatización y
    mejoraba la calidad de vida de los pacientes.
  5. Abuso de sustancias: Chiesa y Serretti en el 2014 realizaron una revisión sistemática, que incluyo 24 estudios, indicando que la evidencia actual sugiere que las intervenciones basadas en mindfulness
    pueden reducir la compulsión por el consumo de sustancias como alcohol, cocaína, marihuana, anfetaminas, tabaco y opiáceos, en un grado significativamente mayor que los controles de lista de espera y los grupos de apoyo (35).
  6. Trastornos de conducta alimentaria: Kristeller creó en 1999 un programa denominado Entrenamiento de la Conciencia de la Alimentación basada en Mindfulness (MB-EAT), programa creado para tratar el
    trastorno por atracones y situaciones similares. El MBEAT busca que el paciente cultive, a través de sesiones individuales y grupales, el mindfulness, la conciencia de comer, el balance emocional y la auto
    aceptación. La evidencia actual refiere que este programa disminuye el número de atracones, mejora el sentido de autocontrol y disminuye los síntomas depresivos.
  7. Trastornos de personalidad: El uso de mindfulness en trastornos de personalidad se ha dado casi a exclusividad en el contexto del tratamiento del Trastorno Límite de Personalidad, cuenta con mayor apoyo empírico, reduciendo el número de intentos e ideas suicidas, el número de internaciones y
    visitas a servicios de emergencias y el abandono de la terapia.
  8. Dolor: Dos estudios controlados de Reiner, Tibi y Lipsitzen el 2013 realizaron una revisión de 16 estudios sobre intervenciones basadas en mindfulness para el dolor, hallando que estas intervenciones disminuían la intensidad del dolor en pacientes con dolor crónico.
  9. Cáncer: Ledesma y Kumano en el 2009, evaluaron los efectos en el estado de salud física y mental de varios pacientes con cáncer, concluyo que el mindfulness podría ser una importante intervención para mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer.
  10. Enfermedad cerebrovascular: Un revisión sistemática hecha por Lawrence en el2013,que tuvo por objetivo evaluar los beneficios de las intervenciones basadas en mindfulness en el ataque isquémico
    transitorio y el accidente cerebrovascular, encontró una tendencia positiva a favor de los beneficios de las intervenciones basadas en mindfulness en una serie de factores psicológicos, fisiológicos y psicosociales, como ansiedad, depresión, presión arterial, percepción de la salud y calidad de vida.

Otra revisión sistémica hecha por Lazaridou, Philbrooky Tzika en el 2013 evaluó la eficacia la práctica de yoga y mindfulness para rehabilitación del accidente cerebrovascular. Los estudios informaron resultados positivos,
incluyendo mejoras en la cognición, el estado de ánimo, el equilibrio y la reducción de estrés. Por lo tanto, el yoga y el mindfulness podrían ser valiosas opciones de intervención autoadministradas para la rehabilitación del accidente cerebrovascular.

Mindfulness: La relación terapéutica y el terapeuta

En la efectividad de una psicoterapia resulta más importante la relación que se establece entre el paciente y el terapeuta que el propio tipo de intervención que el terapeuta utiliza. Muchos investigadores, apuntan a que el mindfulness es una parte esencial del desarrollo de toda psicoterapia. Siegel, afirma que “la práctica del mindfulness puede considerarse el entrenamiento básico para la mente del terapeuta”. Cuando estamos en mindfulness, somos conscientes de la conciencia, nos damos cuenta de que no somos el contenido de la conciencia y estamos abiertos a lo que se manifiesta en la conciencia. No estamos rígidos ni cerrados
sino flexibles y abiertos a lo que pase, por lo tanto, estamos en presencia. Esta presencia es necesaria para que la relación terapéutica sea tal, dirigimos la presencia hacia el paciente y estamos con él o ella abiertos a su experiencia de manera incondicional. Sobre la presencia se produce la sintonía, que es cuando dirigimos nuestra atención hacia el otro y llevamos su mundo interior hacia nuestro mundo interior.
Con la presencia y la sintonía tenemos la resonancia, terapeuta y paciente quedan unidos formando un todo, pero a la vez permanecen diferenciados. En este momento el paciente se siente sentido y se logró la
relación terapéutica. Podría decirse que mindfulness es una resonancia intrapersonal y la relación terapéutica es una resonancia interpersonal. Contar con servicios de salud mental accesibles, como la terapia psicológica
y la atención médica especializada, es crucial para que las personas puedan manejar sus problemas de salud de manera integral. El acceso limitado a estos cuidados sigue siendo un desafío en muchas comunidades, donde las barreras económicas, geográficas o sociales dificultan la atención adecuada.

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