
Cada 1 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Urticaria Crónica, una fecha que busca dar visibilidad a una enfermedad que afecta la calidad de vida de miles de personas en el mundo, incluyendo a niños y adolescentes.
¿Qué es la urticaria crónica?
La urticaria es una enfermedad de la piel que se caracteriza por la aparición de ronchas rojas, elevadas y muy pruriginosas (que pican mucho), que suelen cambiar de lugar a lo largo del día. Muchas veces se acompañan de angioedema, es decir, hinchazón en párpados, labios, manos o pies.
Cuando estas lesiones se presentan de manera casi diaria durante más de seis semanas, hablamos de urticaria crónica. A diferencia de la urticaria aguda, que puede desencadenarse por una alergia a alimentos, medicamentos o picaduras, la urticaria crónica en la mayoría de los casos no tiene una causa clara.

¿Por qué ocurre?
La urticaria crónica es una enfermedad mediada por el sistema inmunológico. Se produce por la liberación de histamina y otras sustancias inflamatorias desde los mastocitos de la piel, lo que genera las ronchas y la picazón.
En algunos pacientes puede estar asociada a enfermedades autoinmunes, infecciones, problemas de tiroides o incluso al estrés, aunque en más de la mitad de los casos no se identifica un desencadenante.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se basa principalmente en la historia clínica y el examen físico. El médico consulta sobre el tiempo de evolución, la frecuencia de las lesiones, la intensidad de la picazón y si existen factores que las empeoran o alivian.
En la mayoría de los niños y adultos no son necesarias pruebas complejas. Solo en casos seleccionados se solicitan estudios de laboratorio para descartar enfermedades asociadas (por ejemplo, análisis de sangre para tiroides, infecciones o marcadores autoinmunes).
Lo más importante es descartar que la urticaria esté relacionada con causas alérgicas inmediatas o con otras enfermedades de base.
Tratamientos disponibles
El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
• Antihistamínicos no sedantes: son la primera elección. Muchas veces se necesita ajustar la dosis para lograr un buen control.
• Medicamentos biológicos: en casos que no responden al tratamiento habitual, existen opciones innovadoras como omalizumab, un anticuerpo monoclonal que bloquea la acción de la IgE y ha demostrado ser muy eficaz y seguro en adultos y adolescentes.
• Nuevas terapias en investigación: actualmente se estudian otros medicamentos biológicos que actúan sobre distintas vías inflamatorias, lo que abre la puerta a más alternativas de tratamiento en el futuro.
Lo fundamental es que los pacientes no se resignen a convivir con los síntomas: hoy existen tratamientos que pueden devolver la normalidad al día a día.
Impacto en la vida cotidiana
La urticaria crónica no es peligrosa para la vida, pero sí puede ser muy limitante. La picazón constante, las ronchas visibles y la falta de sueño afectan el rendimiento escolar, laboral y social. En los niños, puede generar problemas de autoestima y ansiedad.
Por eso, además del tratamiento médico, es importante el acompañamiento familiar y, en algunos casos, apoyo psicológico.

Un día para visibilizar
El Día Mundial de la Urticaria Crónica busca sensibilizar sobre la importancia de un diagnóstico temprano y un manejo adecuado. Detrás de cada roncha persistente hay una persona que necesita ser escuchada, comprendida y tratada con las herramientas más actualizadas.

ASESORAMIENTO
Dra. Colina, Verónica. (MP 3677 • MN118943) . Pediatra (SAP) esp. en Dermatología Infantil (UBA)
SANATORIO DEL ROSARIO • Belgrano 340 • Tel 0388 -4845222 / 4224848 / +54 9 3884174075 •
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