Asesoramiento: Lic. M. Florencia Medina – Psicóloga esp. niños y adolescentes • MP 559
NEO Centro Terapéutico Integral • Belgrano 731 2° 5
S. S. de Jujuy • Cel. + 54 9 3884349227

Hoy existe conciencia en muchos chicos de cómo se sienten, y cada vez son menos los temores para llegar a la consulta y pedir ayuda. También cada vez son más los papás que aceptan mandar a sus hijos a terapia, y comprenden que deben acompañarlos en este espacio.

Los motivos para consultar a un terapeuta en la adolescencia son varios, primordialmente si la demanda viene de los padres o de ellos mismos. Por ejemplo, en relación a la actividad escolar son los padres quienes se preocupan más por el bajo rendimiento, manejo de redes sociales y mal uso. Mientras que los chicos se preocupan más por los vínculos interpersonales con sus compañeros, por situaciones de bullying que hayan sufrido, dificultad para relacionarse, malas relaciones interpersonales ya sea con pares o con novios.

La comunicación con los hijos adolescentes también ocupa un gran número de las consultas de hoy en día. Aquí se trabaja tanto con los padres como con los chicos, por eso es importante que los papas comprendan que es importante que asistan a las terapias cuando se los requiere, ya que muchas veces es un espacio importante para poder hablar con ellos de cosas que antes no se dijeron y que están interfiriendo en la buena relación con sus hijos, es un espacio distinto, cuidado donde se puede hablar y ser escuchado de otra manera por lo que a veces se logran llegar a acuerdos que son muy positivos para toda la familia.

Se cuida mucho la transparencia, es decir, a la primera sesión se los invita a los padres a venir para conocer al terapeuta, y poder comentar sus preocupaciones, luego se trabaja con los chicos, pero cuando hay algo importante en relación a la dinámica familiar se los invita a venir a una sesión compartida.

La terapia se convierte así en un lugar de escucha activa, donde cada uno a su tiempo va contando lo que siente, y se puede sentir escuchado sin ser juzgado. Se siente comprendido y acompañado, en esta etapa de la vida que tantos cambios y trabajos les exige a los adolescentes. Y que con tanto esfuerzo tratan de atravesar de la mejor manera. Por eso es importante acompañarlos con amor y respeto, y darle valor a lo que ellos nos dicen, darles la importancia que merecen y necesitan.

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