ASESORAMIENTO: Lic. Fabiana Alejandra Cisneros. (MPC 3342)Lic. en Educación Especial Psicopedagoga
CONCIENCIA Centro Pediátrico de evaluaciones cognitivas • Cnel. Dávila 791, Bº C. de Nieva • 388 5121111
Centro de Rehabilitación “Santa María”• Armonía 320, B° Chijra • 4264628

A menudo los docentes nos encontramos con conductas en los chicos que llaman nuestra atención, particularmente aquellas que no son “esperadas” dentro del ámbito escolar y que alteran de manera significativa la organización del aprendizaje y la dinámica áulica.

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, consiste en un patrón que persiste en la inatención y/o hiperactividad impulsividad que interfiere con el funcionamiento o desarrollo de la persona.

En este sentido, existen algunos aspectos que debemos tener en cuenta cuando creemos encontrarnos efectivamente ante este trastorno:

Falla frecuente en prestar atención a los detalles o por descuido los llevan a cometer errores en las tareas escolares de manera recurrente.

  • Evidente dificultad para mantener la atención en actividades recreativas, conversaciones o la lectura extensa.
  • Parece no escuchar cuando se le habla directamente, “como si estuviera en otro lado”.
  • Dificultad para seguir las instrucciones, no logra terminar las tareas designadas.
  • Dificultad para organizar las tareas y actividades.
  • Poca tolerancia a la realización de tareas que requieren mayor esfuerzo mental.
  • Se distrae fácilmente.
  • Se levanta con insistencia, juega o se retuerce en el asiento cuando se espera que permanezca sentado.
  • En ocasiones corretea o trepa cuando no resulta apropiado, es incapaz de jugar tranquilamente en actividades recreativas.
  • Habla de manera excesiva o responde antes que se termine de formular la pregunta.
  • Es difícil esperar el turno de intercambio.

¿Qué hacemos para favorecer el aprendizaje?

  • No permitir actividades complejas sin supervisión.
  • Las evaluaciones deben ser organizadas, flexibles y anticipadas.
  • Evitar situaciones que lo dejen en evidencia y lo frustren.
  • Identificar situaciones conflictivas que lo desorganizan.
  • Realizar intervalos de descanso entre actividad y actividad.
  • Recurso oral como herramienta de acreditación de saberes.
  • Anticipación de material de lectura.
  • Exposición de lo concreto a lo abstracto y de lo particular a lo general.
  • Brindar consignas claras y precisas.
  • Segmentar las consignas y guiar paso a paso.
  • Revisar que entendió, repreguntar.
  • Disminuir la cantidad de actividades sobre un mismo tema.
  • Establecer pautas de trabajo de manera anticipada ayuda a organizarlo en su desempeño.

Ante todo, no olvidemos que es un niño/a que necesita que el/la docente lo/la contenga y guíe.

Dejá un comentario