
ASESORAMIENTO: Lic. Fabiana Alejandra Cisneros. (MPC 3342) Lic. en Educación Especial Psicopedagoga
CONCIENCIA Centro Pediátrico de evaluaciones cognitivas • Cnel. Dávila 791, Bº C. de Nieva • 388 5121111
Centro de Rehabilitación “Santa María”• Armonía 320, B° Chijra • 4264628
Cuando enseñamos, no debemos centrarnos en enseñarles que van a pensar, debemos ir más allá y enseñarles básicamente a pensar, a construir un saber con bases sólidas.
Los docentes debemos enriquecernos y brindar aprendizajes significativos que ayuden a pensar, esto, anclado a la motivación, el deseo de aprender o, mejor dicho, de continuar aprendiendo de forma profunda ciertos saberes, al razonamiento y la reflexión, al poder enriquecer los aprendizajes que poseen, ampliar la información y para que no solo sea información que se olvida, sea capaz de “hacer” para aprender significativamente y comprender.
Hace muy poco tiempo leí en un portal de noticias que, en una vecina provincia, en una escuela de Nivel primario, se prohibía la venta e intercambio de figuritas del mundial por su “potencial conflicto”. Mi pregunta es ¿erradicamos de esta forma el conflicto o, solo lo evitamos dentro de la institución? ¿Podremos aprovechar la situación para que se transforme en un proyecto institucional que atienda a la necesidad que subyace? Y mil
preguntas más me interpelan como docente, como mamá y como parte de la sociedad.
Como comunidad educativa, podríamos pensar en un proyecto que nos permita averiguar, indagar, aprender sobre la vida en Qatar, los países que participan del mundial, su cultura, desarmar el diseño curricular para incrementar saberes de forma significativa, pensar nuevos agrupamientos de
estudiantes, considerar una propuesta integrada, tomar ejes transversales y reajustar propuestas. Por otro lado, podremos quizás, y no es un dato menor, dialogar con las familias, establecer acuerdos, pautas y bases cuidado u autocuidado, trabajar ESI, educación emocional, entre otros.

Como docentes debemos propiciar contextos que brinden seguridad y confianza, a la vez brindar herramientas que permitan pensar y reflexionar para mejorar la calidad no solo de los aprendizajes académicos, sino la actitud frente a los conflictos que incrementen su seguridad física y emocional.
No debemos olvidar que para aprender no solo se necesita el cerebro, sino también las emociones. El deseo de aprender posibilita el aprendizaje y si este es significativo, se transforma en un verdadero saber.
Es importante que nuestros/as alumnos/as logren un pensamiento crítico, pero más importante es validar las diferentes instancias de aprendizaje, aunque estas surjan fuera de la planificación docente, que no se resuma a mirar solo el conflicto por un álbum de figuritas.