Asesoramiento: Dra. Verónica Colina. Pediatra (SAP) Especialista en Dermatología Infantil (UBA) M.P. 3677/40
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Con la llegada del invierno nuestra piel estaá sujeta a sufrir con los cambios bruscos de temperatura, la calefacción y la humedad. Estos factores, junto con el hecho de que se consumen mayor cantidad de comidas calóricas, son responsables de la disminución del recambio celular, lo que hace que la piel luzca deshidratada, opaca y sensible. Es fundamental cuidar la piel en invierno para evitar su deterioro y el daño irreversible. ¿Qué pasa en el invierno? Al llegar el invierno, muchos factores pueden influir en nuestra piel.

Entre ellos podemos destacar:

  • La calefacción disminuye la humedad del ambiente y provoca la evaporación del agua que contiene la piel. Además, el humo de la calefacción aumenta la contaminación del aire en invierno, lo que ensucia la piel, tapa los poros y reduce la oxigenación.
  • Los cambios bruscos de temperatura que se dan al entrar y salir de ambientes contraen y dilatan los capilares bruscamente. Esto provoca la ruptura de algunos y, como consecuencia, la aparición de unas venitas de color rojo, fundamentalmente en la nariz y los pómulos. Los pacientes con rosácea deben tener mucho cuidado por el riesgo de empeorar con los cambios bruscos de temperatura.
  • La contaminación ambiental, que no disminuye en invierno sino todo lo contrario, no so ́ lo ensucia la piel sino que la irrita, produciendo distintos tipos de dermatitis.
¿Cómo cuidamos nuestra piel?

La hidratación es el pilar central de los cuidados de la piel en invierno. Debemos preocuparnos de mantener correctamente hidratado todo el cuerpo, prestando especial atención a la zona de la cara y las manos. Suelen ser las partes que más tiempo de exposición al frı́ o sufren. Aun ası́ , no
debemos descuidar brazos, piernas, codos ni rodillas. Las cremas humectantes cumplen con la función de barrera, protegiendo nuestra piel de los factores externos que pueden agredirla.

Lo ideal es aplicarla después de la ducha, en donde la vasodilatación que se produce, favorece la absorción de las cremas.

Durante la ducha, evitar jabones abrasivos, antibacteriales y jabones para “lavar la ropa”. Todos estos productos, tienen un ph alto (nuestra piel tiene un ph bajo), lo que resulta en la sequedad de la misma. Además, los jabones para “lavar la ropa” suelen tener quı́micos sobreagregados para mejorar su capacidad de limpieza, que impactan negativamente en nuestra piel. Los jabones que se recomiendan, sobre todo en niños, son los de ph neutro o ligeramente ácido (son los llamados syndet o jabón sin jabón).

El agua caliente, también reseca nuestra piel. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ducha debe limitarse a 5 minutos, una vez al
dı́ a y una temperatura templada similar a nuestro cuerpo, es decir entre 36 a 37 grados.

¿Y los labios? Es una de las zonas que más se reseca con la llegada del invierno. La finı́sima capa de piel de los labios hace que sean especialmente
vulnerables, siendo muy común que en invierno se sequen y se agrieten, pudiendo llegar incluso a sangrar. La solución consiste en aplicar un bálsamo labial hidratante (como barras de manteca de cacao) o vaselina.

Sobre todo, hay que hidratarlos durante la noche. Uno de los errores más frecuentes, es querer hidratar los labios, lamiéndolos. La saliva en un
principio puede aliviar la sensación de deshidratación, pero en cuanto se seca acaba empeorando el problema debido a su escaso poder hidratante.

¿Es necesario el protector solar? Por raro que parezca, en los meses de frı́o la disminución de la radiación solar se convierte en un arma de doble filo. Y es que en verano, todos tenemos clara la importancia de usar protector solar, pero al llegar el invierno bajamos la guardia. Aunque el cielo esté nublado o llueva, nuestra piel sigue recibiendo radiación solar. La solución es tan simple como utilizar un protector solar durante los meses de invierno, adaptando la intensidad de su factor de protección a las condiciones climáticas. El modo de uso es el mismo que en verano: 30 minutos antes de salir a la calle, y re aplicar si vas a permanecer mucho tiempo fuera.

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