ASESORAMIENTO: Florencia Montiel. Preparadora Integral para la Maternidad. Doula. Puericultora, especialista en lactancia materna. Abogada.
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En agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, iniciativa llevada a cabo por organizaciones internacionales con el fin de promover, proteger y apoyar la misma.

La leche humana es el alimento por excelencia para el crecimiento y desarrollo óptimo del neonato, con la capacidad de adaptarse continuamente a sus necesidades y requerimientos nutricionales e inmunológicos. Pero el acto de amamantar es mucho más que un hecho “natural”, por el contrario, es una experiencia atravesada por las vivencias personales, la cultura, las costumbres y las creencias. Lo que significa que en muchas oportunidades su desarrollo pueda verse dificultado, siendo pertinente que aquellos actores involucrados en la promoción de la lactancia intervengan para que la misma sea posible.

Durante el primer mes de vida es cuando se presentan la mayor cantidad de desafíos en la técnica de lactancia, ya que tanto mamá como bebé se encuentran en pleno proceso de aprendizaje y encuentro mutuo. Este periodo crítico puede marcar su desarrollo como así llevar a un abandono precoz, por lo cual a continuación abordaremos aquellos aspectos de relevancia entorno a la misma:

La postura de mamá y del bebé, el sostén y el ofrecimiento del pecho.

Es importante que la mujer se acomode de forma tal que toda su espalda esté levemente reclinada hacia atrás y apoyada, y este sea llevado hacia el cuerpo de su mamá y no a la inversa. Es decir, debemos evitar que la mujer se encorve. El uso de almohadones es de gran ayuda para que el parte del peso del bebé sea sostenido, de forma tal que la mujer pueda apoyarse en los mismos y no se fatigue, más aún durante las primeras semanas de vida cuando las mamadas son más prolongadas. Es aconsejable también tener cerca todo aquello que pueda necesitar, como: un vaso de agua, una toalla, el celular, un libro.

Debemos además considerar la alineación del cuerpo del bebé, quien siempre tiene que estar enfrentado al pecho materno, independientemente de la posición utilizada. Lo que significa que su oreja, hombro y cadera deben estar en una misma línea, para evitar que doble su cuello hacia un lado para alimentarse.

El sostén del cuerpo del bebé debe ser contenedor y estabilizador de su postura, de manera tal que se sienta lo suficientemente seguro.

También puede ser necesario ofrecer el pecho de forma direccionada para que el acople sea profundo, de esta forma no solo evitamos que los pezones se agrieten, sino también aseguramos que la transferencia de leche sea efectiva. Para ello la mujer debe colocar la mano libre en forma semicircular detrás de la areola, de forma tal que el pecho quede sujeto entre su dedo pulgar de un lado y los cuatro restantes del otro, generando así una forma más ovalada. Luego rozará con su pezón la nariz y boca del bebé para estimular el reflejo de búsqueda y apertura, acercándolo al pecho solo cuando abra la misma de forma grande. Una prendida adecuada es aquella que toma una gran porción de teta, no solo el pezón.

No existe una posición ideal, ni mejor que otra. Cada mujer debe encontrar aquella con la cual se sienta más cómoda y que permita una adecuada alimentación del bebé. No es necesario cambiar de forma rutinaria y sistemática las posiciones para drenar el pecho, un acople adecuado tiene la capacidad de hacerlo de forma pareja. Por lo cual solo frente a situaciones particulares puede ser de utilidad probar otra.

Posición clásica o de cuna:

Es la que habitualmente solemos adoptar al sostener un bebé. La mujer sostiene todo el cuerpo de su hija/o con el mismo brazo del pecho que amamanta, quedando apoyada su cabeza en el pliegue del codo. Si bien es una postura en general cómoda y que puede mantenerse por más tiempo, no siempre resulta ser la más óptima con un recién nacido, ya que no permite un buen control cefálico, a veces necesario para alcanzar un acople adecuado al pecho.

Posición Reversa o de cuna cruzada:

En este caso la mujer sostiene todo el cuerpo del bebé con el brazo contrario al pecho por ofrecer. Su brazo recorre toda su espalda y con la mano sostiene su cuello por detrás, generando una especie de vincha entre sus dedos índice y pulgar, los cuales van de oreja a oreja. La palma de la mano queda apoyada en la parte alta de su espalda. Con el brazo que le queda libre, puede sostener el pecho para ayudar al momento del acople.

Esta posición suele ser de utilidad en los primeros días de vida, como así frente a un bebé prematuro, o cuando nos encontramos frente a alguna disfunción motora oral como un frenillo lingual corto o una retrognatia. No así frente a un bebé de mayor peso o edad.

Posición Inversa o de balón de rugby:

El cuerpo del bebé se apoya en el antebrazo de la mamá, apuntando con sus pies hacia su espalda. Lamujer sostiene su cuerpo y cabeza de manera similar a la posición reversa, pero en este caso con el mismo brazo del pecho a ofrecer, rodeando el cuerpo del bebé la parte externa de sus costillas. Esta postura facilita el acople cuando necesitamos que sea más profundo y permite una visión directa de su rostro. Suele ser de utilidad luego de una cesárea, ya que evita el contacto del cuerpo del bebé con la herida de dicha cirugía.

Posición Biológica:

La mujer se recuesta boca arriba o semi reclinada y el bebé boca abajo apoya todo su cuerpo sobre el de su madre. Puede posicionarse de forma longitudinal o transversal sobre el mismo. Tener todo su cuerpo sostenido por el de su madre le genera estabilidad y favorece la activación de aquellos reflejos involucrados en la alimentación. Al momento del acople, apoyar su mentón sobre el pecho facilita que sea más profundo, como así el encuentro de miradas entre ambos.

Posición a Caballito:

El cuerpo del bebé se coloca erguido de frente y en la misma línea vertical que su madre, “sentado” sobre su muslo. La mujer sostiene con el mismo brazo del pecho por ofrecer toda la espalda de su hijo o hija, hasta su cabeza. Es una postura un tanto difícil de sostener con un recién nacido, es de mucha utilidad frente a aquellos bebés con reflujo.

Posición recostada de lado:

Mamá y bebé enfrentados se recuestan sobre un lado. Es importante que haya una cercanía entre ambos. La misma favorece el descanso y suele ser de las más cómodas para las tomas nocturnas. Durante los primeros días de vida no es la más pertinente ya que no permite un adecuado manejo del pecho y del cuerpo del bebé, ni visualizar la prendida.

Es durante las primeras semanas de vida donde suele ser necesario estar más pendientes de la técnica de lactancia, sin embargo, con el correr de las semanas mamá y bebé encuentran sus propias formas.

IMPORTANTE: Si bien la lactancia es un arte que se aprende y que requiere de práctica, ante alguna dificultad, dolor o inquietud, una puericultora es una profesional especialista en lactancia materna, quién puede asesorarte y acompañarte durante dicho proceso.

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