
Llamado actualmente con el nombre de “segundo cerebro”, el intestino tiene 200 millones de neuronas (sistema nervioso entérico), alberga miles de millones de bacterias intestinales y se comunica constantemente con nuestro cerebro y viceversa. ¡El cerebro craneano tiene más de mil millones de neuronas!
Hoy sabemos que los intercambios entre el cerebro y el intestino se realizan a través de cuatro vías principales: neuronal, hormonal, inmunitaria y metabólica. Permanecen en permanente contacto bidireccional. Las bacterias intestinales se comunican con el cerebro mediante la producción de moléculas químicas llamadas “neurotransmisores” (uno de ellos la serotonina) El 95 % de la serotonina se produce en el intestino y participa en los intercambios entre el cerebro y el intestino. La serotonina es un neurotransmisor, a veces también llamado « hormona de la serenidad », que regula una amplia gama de funciones, como el humor o el comportamiento. Sin las bacterias, nuestro cerebro se vería alterado y sería más vulnerable a agentes infecciosos o moléculas tóxicas La microbiota intestinal regula diversas funciones fisiológicas y, si resulta alterada, puede contribuir al desarrollo de enfermedades metabólicas, mentales y autoinmunes En la actualidad, los investigadores estudian las posibles relaciones entre un desequilibrio de la microbiota intestinal y algunos trastornos extra digestivos: estrés, depresión, enfermedades neurodegenerativas como Parkinson, Alzheimer, Autismo y otras.

Consejos para darle vida a tu flora
Mantener el equilibrio de nuestra flora está directamente relacionado con llevar un estilo de vida saludable y una alimentación adecuada
• Realiza cinco comidas al día. Desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Y siempre siguiendo unos horarios regulares y masticando bien.
• Aumenta el consumo de fibra. Puedes encontrarla en verduras, hortalizas, frutas y legumbres, así como en los frutos secos, harinas y cereales integrales.
• Reduce al mínimo las carnes no magras y come más pescado. Son preferibles las carnes blancas, el pollo sin piel y los pescados azules. También debemos optar por el aceite de oliva antes que por la mantequilla o la margarina.
• Sí a los lácteos y sus derivados. Debemos tomar diariamente yogures, quesos y leches fermentadas, puesto que son ricos en nutrientes y bacterias beneficiosas para la flora intestinal. • Ingiere líquidos en abundancia. Una correcta hidratación favorecer las digestiones y la evacuación. Al menos, debemos beber entre un litro y medio o dos de líquido al día, preferiblemente, de agua.
• Ve al baño cuando sea necesario.
• Realiza ejercicio físico.
• No al consumo de del tabaco y moderar el consumo de alcohol y café.
• Recurre a complementos nutricionales para aumentar tu bienestar digestivo. Los probióticos y prebióticos pueden ayudarnos a prevenir y mitigar las molestias intestinales, ya que regulan la función intestinal, aumentan las defensas y disminuyen el riesgo de infecciones.
Para recordar:
Con sus 200 millones de neuronas, el intestino dialoga con el cerebro y participa en la regulación de las emociones. Pero nuestro cerebro también se vería influenciado por los miles de millones de bacterias que pueblan el tubo digestivo.
Actualmente, están en curso numerosos estudios para comprender mejor las relaciones entre microbiota intestinal y estrés, ansiedad y depresión, pero también enfermedad de Parkinson o Alzheimer.
Estas investigaciones suscitan grandes esperanzas en cuanto a un mejor diagnóstico y acompañamiento de estas enfermedades.

Asesoramiento:
DR. USTARES, FERNANDO. Gastroenterólogo M.N. 99874 – M.P. 2408 – Cel 0388-6076289
IGeo José de la Iglesia 1515 B° Cuyaya – S.S. de Jujuy