ASESORAMIENTO: Lic. Ana Laura Domínguez MP. 1253 • Fonoaudióloga esp. en neurolingüística – Estudios auditivos en bebés y niños
CLÍNICA NTRA. SRA DE FÁTIMA (Palpalá)• Cel. +54 9 3884724570
CONCIENCIA Centro Pediátrico de evaluaciones cognitivas Cnel. Dávila 791, B° Ciudad de Nieva, S.S. de Jujuy • Cel. +54 9 3885121111

Cada vez estamos más conectados al móvil, la Tablet y otros dispositivos electrónicos a través de los auriculares. De hecho, es muy frecuente entreverlos en las orejas de gran parte de las personas cuando vamos andando por la calle. Este hábito, que está tan interiorizado y nos parece tan inofensivo, en realidad puede perjudicar a la audición, provocando una pérdida irreversible de esta.

¿Qué efecto provoca escuchar música con auriculares?

Esta costumbre tan extendida puede tener un efecto dañino en la audición, si se usan continuamente. En concreto, esto ocurre porque los auriculares en general, y más especialmente los de tipo tapón, producen un deterioro de las células ciliadas, que están situadas en el órgano de Corti dentro de la cóclea del oído y son las encargadas de transmitir las señales al cerebro. Estas células internas se lesionan y degradan, lo que provoca la pérdida de audición.

A nivel mundial las cifras no son precisamente alentadoras ya que, según la OMS, se calcula que 1.100 millones de personas entre los 12 y 35 años, están en riesgo de perder audición por el ruido procedente de los dispositivos de reproducción de música y de otras actividades de ocio.

¿Cómo prevenir los problemas de audición?

  • 1 HORA AL DÍA. No debemos sobrepasar más de 60 minutos escuchando música a través de auriculares.
  • 60 DECIBELIOS. Es nuestro tope, así que tenemos que oír la música por debajo, por el bienestar del oído.

Existen dos indicios de un posible deterioro auditivo, que nos ayudarán a detectar este tipo de problema:

  • ZUMBIDOS: que podemos oír incluso cuando no escuchamos música.
  • PITIDOS: que continúan cuando se dejan de utilizar los auriculares.

Estas señales se manifiestan y se mantienen, aun después de apagado el dispositivo.

Conocer cómo funciona nuestro sistema auditivo puede ayudarnos a entender con más facilidad en qué medida puede verse afectado por la exposición prolongada a un nivel de ruido intenso. Su función es transformar las variaciones de presión que se propagan a través del aire en forma de ondas, que es lo que nosotros conocemos como sonido, en impulsos eléctricos que serán procesados e interpretados por nuestro cerebro. Esta
es la razón por la que este sistema, que está constituido por varios órganos, se comporta como un sensor sin el que nuestro cerebro no
podría recibir la información que le permite interpretar los sonidos que se producen a nuestro alrededor.

El daño se acumula a lo largo del tiempo a causa de la sobreestimulación de las células ciliadas, y es irreparable. La exposición prolongada a un nivel de presión sonora elevado suele provocar un daño irreparable en las células ciliadas de la cóclea. Además, el daño se va acumulando a lo largo del tiempo a causa de la sobreestimulación de estas células sensoriales, de manera que cuando una o un conjunto de ellas superan su umbral máximo de estrés, se mueren. Y esto no tiene solución. Cuando un conjunto de células ciliadas muere corremos el riesgo de dejar de escuchar para siempre el rango de frecuencias que se encargaban de recoger.

¿Por qué pueden ser peligrososlos auriculares si nos excedemos con el volumen?

Sencillamente porque la proximidad de los pequeños altavoces que incorporan a nuestros oídos les permite alcanzar con mucha facilidad un nivel de presión sonora muy elevado. Además, algo que nos interesa tener muy presente a los usuarios es que, si usamos auriculares en espacios ruidosos, como, por ejemplo, un avión o un tren, nos veremos obligados a incrementar el nivel de presión sonora entre 10 y 13 dB por encima del ruido de fondo para poder disfrutar nuestros contenidos de una forma satisfactoria. Y esto suele ser perjudicial porque nos sitúa prácticamente siempre muy por encima del umbral de presión sonora más allá del que nuestros oídos pueden resultar dañados.

Actualmente los teléfonos celulares nos ayudan a regular el volumen delimitando con una zona roja el rango en el que nuestros oídos podrían lesionarse. Precisamente, ese umbral suele comenzar aproximadamente en ese 60% del volumen máximo. Es muy importante que, reduzcamos el estrés al que sometemos a las células sensoriales de la cóclea dándoles periodos de descanso. Los expertos suelen aconsejarnos que descansemos durante 5 minutos cada 30 minutos escuchando música u otro sonido.

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