ASESORAMIENTO: Dr. Fernando Ustares – Gastroenterólogo M.N. 99874 – M.P. 2408
IGeo José de la Iglesia 1515 Bº Cuyaya – San Salvador de Jujuy Cel.: 0388 – 60762891

La existencia de una alteración inmune en el SII es apoyada  por la asociación de mediadores inflamatorios observados en la mucosa intestinal y en plasma, que indican la presencia de un compromiso inmunológico.

El aumento del número y la actividad de diversos tipos celulares inmunes en la mucosa intestinal son asociados al aumento de la permeabilidad  intestinal, lo que facilitaría el pasaje  de factores agresivos desde la luz intestinal hacia la pared. El tipo de inflamación observado en esta entidad clínica es denominado de  “bajo grado”.

Las dietas antiinflamatorias están de moda desde hace tiempo, ahora, nuevas investigaciones revelan con exactitud cómo la dieta afecta al microbioma intestinal y previene enfermedades crónicas.

Muchos de esos estudios se centran en una dieta rica en  frutas, verduras, pescado y cereales integrales; baja en grasas saturadas en favor del aceite de oliva; e incluye lácteos con moderación. Este tipo de  alimentación llamada “mediterránea”  se ha asociado a un menor riesgo de enfermedades digestivas,  cardiovasculares, diabetes  y otras enfermedades, incluidas las mentales  (podría  reducir el riesgo de depresión en un 33%).

Los estudios realizados en el laboratorio, con animales y con personas también han encontrado respuestas antiinflamatorias a nutrientes e ingredientes específicos, como la cúrcuma,  pescado, manzanas,  palta,  zanahorias y las verduras de hoja verde.

Por otro lado, las dietas ricas en alimentos muy procesados, carne roja y grasas saturadas parecen aumentar la inflamación y acelerar el desarrollo de enfermedades (enfermedades digestivas y extra digestivas como infartos, cánceres, depresión y muerte prematura).

La diversidad y variedad del microbioma intestinal parecen ser especialmente importantes.  Cuando el intestino contiene muchas especies de microbios que incluyen las variedades más deseables, el sistema inmunitario puede funcionar al máximo para regular la inflamación y mantener la salud. Cuando ese equilibrio se rompe, ciertas especies pueden empezar a dominar el ecosistema, haciendo que el sistema inmunitario sea menos capaz de responder adecuadamente o de luchar contra las enfermedades.

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