
ASESORAMIENTO: Dra. Verónica Colina, Pediatra (SAP) esp. en Dermatología Infantil (UBA) MP 3677/40
SANATORIO DEL ROSARIO Belgrano 340, S. S. de Jujuy • Tel. 0388 4231086 / 4224848 • Cel +54 9 3884174075
Lunes, miércoles, viernes 14.15 a 16.30 hs • www.sanatoriodelrosario.com.ar
El factor que más influye en el daño de la piel es la radiación ultravioleta, que proviene fundamentalmente del sol, aunque también se puede encontrar en aparatos artificiales como las camas solares.
El sol emite dos tipos de rayos ultravioletas (RUV) que dañan la piel, los UVA y UVB. Los UVB se incrementan entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, horario en el cual recomendamos que la gente no se exponga al sol, ni siquiera con protector. Por su parte, los UVA son altos durante todo el día, incluso a las 8 de la mañana o a las 6 de la tarde, y durante todo el año.
Las quemaduras solares no solo son dolorosas, sino que pueden provocar daños mucho más profundos al DNA celular que pueden provocar cáncer de piel.
El daño solar es acumulativo. Una o dos quemaduras solares en la infancia aumentan el riesgo de contraer cáncer de piel tipo melanoma en un 80%.
Los bebés menores de 6 meses no se deben exponer al sol. Cuando salgan, debemos cubrirlos con ropa ligera brazos y piernas; y ponerle una gorra con visera.
A partir de los 6 meses deben usar protector solar. Recordemos aplicarlo 20 minutos antes de salir al sol y renovarlo cada 2 horas.

- Tenga un FPS (factor de protección solar) de 30 o superior
- Proteja tanto contra los rayos UVA como contra los rayos UVB (un protector solar de “amplio espectro”)
- Sea resistente al agua (que proteja a los niños mientras estén dentro del agua durante 40-80 minutos)
- Aconsejamos el uso de protectores solares de amplio espectro, lo que significa que tienen cobertura para ambos tipos de rayos ultravioleta. Esto debe estar explicitado en la etiqueta.
En cuanto al uso de protectores solares, se recomienda ponerse una buena cantidad, sobre todo en aquellos lugares que siempre son olvidados: orejas, dorso de las manos, empeine y cuello. Utilizar el mismo factor en todo el cuerpo y a lo largo del tiempo, ya es habitual que uno comience las vacaciones poniéndose un factor alto, y luego va bajando a medida que se va bronceando. Esto no es adecuado, ya que el bronceado equivale a un factor de protección 4, por lo que no protege contra futuras agresiones. No dejarlo mucho tiempo en el sol, ni destapado, y chequear la fecha de
vencimiento.
Además del uso del protector solar, es importante buscar una buena sombra. Hay que tener cuidado porque si ésta es sutil deja pasar el 50% de la radiación.
La ropa es otra forma de protección, se pueden usar prendas con manga larga, pantalones y/o sombreros con ala ancha (más de 10 cm.). Contrariamente a lo que se cree, la ropa blanca es más fresca, pero protege menos, mientras que la negra es más calurosa, pero nos cubre más de los efectos del sol.
No olvidar que cuando este nublado, también debemos usar protección solar, ya que las nubes dejan pasar el 80% de la radiación. También hay que tener cuidado al meterse al agua, ya que sólo filtra el 50% de los rayos UV.
Por último, si sufriste una quemadura solar, si sólo es enrojecimiento leve, hay que usar algún producto postsolar, que haya estado guardado en la heladera, e hidratarse mucho después de la quemadura. También se deberá evitar la exposición hasta que la piel esté recuperada.
Si la quemadura es más grave hay que consultar al médico. No hay que untarse aloe vera de plantas, ni pepino, ni ningún remedio casero que pueden agravar el cuadro.