Asesoramiento: Dr. Guillermo Jorge Urólogo MP. 3416Especialista en Urología
URONOA – Sarmiento 462
S.S. de Jujuy – Tel. 0388-422666

Cuando hablamos de próstata, principalmente hablamos de dos patologías: cáncer de próstata, e hiperplasia benigna prostática.

En cuanto al cáncer de próstata no hay una medida preventiva primordial, el control se instruye como la principal herramienta de control. A partir de los 50 años en una persona sin antecedentes familiares, y a partir de los 45 años, (bajamos 5 años de edad), en los pacientes con antecedentes familiar de primer grado (llámese padre, hermanos o tíos), con cáncer de próstata, no con enfermedades de próstata.

El control consiste en dos pilares: 1) es un análisis de sangre, que es el antígeno prostático específico, o lamentablemente más conocido con las siglas de PSA que son las siglas en inglés, es como todo el mundo lo informa con esas siglas. 2) el examen clínico, que principalmente es el tacto rectal.

Son dos métodos, como nosotros decimos, complementarios, porque uno da una información y el otro da otra. Si bien el diagnostico muchas veces concuerda, hay hasta un 25% de pacientes que puede tener un antígeno totalmente normal pero un hallazgo patológico al tacto rectal. Entonces, si hago únicamente uno de los dos, me estoy perdiendo una capacidad de diagnóstico de entre un 25 y un 30%, entonces con esas 2 cositas y una frecuencia de los pacientes de 50 años que tienen un tacto normal y un antígeno menos de 2 o 3, se pueden hacer un control cada dos años hasta las 55 años y después anual. Nosotros prácticamente lo hacemos de forma anual porque es más fácil ver la evolución del paciente y sabe que una vez al año tiene que hacerse un control, y uno toma el valor inicial del antígeno prostático, el valor encontrado en el examen físico, y después, a partir de ahí el crecimiento anual del antígeno prostático que si o si va a crecer, no vale la pena dar una cifra pero en un porcentaje que crece anualmente, pero uno ya tiene en su historia clínica la cifra inicial y después de ahí el crecimiento de ese valor.

Lo ideal entre ambos controles es que sean simultáneos, sin dejar pasar mucho tiempo. Está probado también que siempre es mejor hacer primero el análisis de sangre y posterior el examen físico, porque al hace el examen prostático puede haber unas elevaciones inducidas por el mismo masaje prostático, por el mismo tacto rectal.

– ¿Para el examen físico se necesita algún tipo de preparación o procedimiento previo?

Ninguna preparación, se hace en el consultorio en el mismo momento de la consulta. Debe durar 10 segundos, apuntando precisamente el diagnóstico temprano del cáncer de próstata. Si se detecta alguna zona indurada, irregular, o un nódulo duro, ya pasa a ser un tacto patológico, ese paciente ya tiene indicación de continuar con el estudio del cáncer de próstata. Reitero, ya sea un examen rectal anormal, o una cifra elevada de antígenos prostático, debo continuar con los protocolos de estudio de ese paciente. Inmediatamente lo que se hace es una biopsia de la próstata, lo que me permite tener material de esa próstata, supuestamente enferma, hacer su estudio histológico, es decir microscópico y eso lo único que me va a dar es eso, el estudio anatomopatológico, todo lo previo es sospecha de, hasta que yo hago una biopsia, que también son 2 minutos lo puede demorar una biopsia de próstata, se hace en consultorio de forma ambulatoria, el paciente a las 2 horas sigue con su vida habitual, y eso, ver la próstata de ese paciente en vivo por microscopio me va a hacer el diagnostico, eso me va a confirmar o a descartar el diagnostico. Ninguno de los dos métodos, ni el tacto rectal, ni el desoje de antígeno prostático son altamente específicos, me acercan a los pacientes de riesgo. Es importante buscar el cáncer de próstata porque no da síntomas. Se investigará para realizar el diagnóstico, si contamos con un diagnóstico precoz cuando la enfermedad comienza, hoy tenemos la posibilidad de hacer un tratamiento ya sea quirúrgico, radio terapia, u otros tratamientos; que van a acompañar la expectativa de vida. Si bien son tratamientos invasivos como cualquier enfermedad oncológica, valen la pena porque nos conduce a la cura.

La hiperplasia prostática benigna es lo que nosotros más vemos en cuanto a frecuencia en consultorio, y operamos con altísima frecuencia, es una enfermedad que afecta a un gran número de hombres. Empieza generalmente a partir de los 65 o 70 años. Para graficar el funcionamiento de la próstata, pensemos que la orina se almacena en una bolsa que es la vejiga haciendo de cuenta que eso es un embudo y la parte de abajo del embudo el cañito, en el medio de la unión de lo grande con lo chiquito está la próstata, si eso crece es como que comprime la salida de la orina e impide el vaciamiento de la vejiga, y de ahí derivan los síntomas.

Un paciente que tiene dificultades para orinar, que principalmente cambia su ritmo miccional, es decir, empieza a orinar menos porque no puede vaciar su vejiga, entonces se vacía un poquito, se agota, al ratito quiere orina de nuevo, entonces aumenta su frecuencia miccional, disminuye la cantidad de orina, la fuerza del chorro miccional. Son pacientes donde uno de los síntomas más frecuentes es la urgencia miccional, tiene ganas de hacer pis y necesita hacerlo urgente porque es una vejiga que se vuelve muy irritable, es un músculo que está haciendo mucho esfuerzo y se vuelve muy irritable. Los estudios, también para esta patología, son sencillos, si bien como decíamos recién, conviven muchas veces el cáncer de próstata con la hiperplasia de próstata. Nosotros cuando hacemos un control por el cáncer de próstata también valorizamos lo que es la hiperplasia de prostática; entonces añadimos una ecografía, una flujometría, que nos permiten ver y situar al paciente en qué grado de afección por esa patología se encuentra.

Claro que la hiperplasia prostática benigna, como su nombre lo indica es una patología benigna, pero es muy invalidante, se instala lentamente y el paciente se acostumbra a convivir con ella. Orina 6 o 7 veces en la noche, por ejemplo, que además de una disfunción orgánica provoca mal descanso, disminuyendo el rendimiento y el sistema inmunológico. El tratamiento médico, es farmacológico con combinaciones de drogas y diferentes dosis. El tratamiento quirúrgico esta indicado para pacientes que: empiezan a orinar con sangre, que hace infecciones urinarias a repetición, que deja sus grandes volúmenes posterior a dejar de orinar, o que ya hace una estadía avanzada de insuficiencia renal por una obstrucción, al no vaciarse empieza a haber un relujo urinario y ya es una etapa avanzada.

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