Asesoramiento:Dra. María Virginia Bürgesser. Anatomopatóloga M.P. 3883
CEDAP Laboratorio de anatomía patológica y citología
San Martin 662 PB dpto. 1
S.S. de Jujuy – Tel. 0388 – 4227530

El cáncer de mama es un tema recurrente, tanto a nivel médico como en ámbitos no médicos por el simple hecho de que todos conocemos a alguien que lo tiene o lo tuvo, o lo tenemos o tuvimos nosotros. Y si no es así hoy, probablemente en el futuro sí lo sea.

La pregunta frecuente es ¿por qué aparece?

La respuesta no suele ser simple ni fácil.

No hay un solo factor que determine su aparición. Es una enfermedad de origen multifactorial, es decir que responde a varias causas que se dieron o darán en forma consecutiva a lo largo de nuestra vida, generando la aparición de ese nuevo grupo de células agresivas, que conocemos como cáncer.

Existen factores no modificables, que no podemos evitar y son inherentes a cada uno de nosotros, y factores modificables teóricamente.

Los factores de riesgo no modificables

Sexo. Las personas que tienen mayor riesgo son las mujeres, de hecho, el cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en la mujer, y si bien puede afectar también a los hombres, la proporción es mucho menor (es cien veces más frecuente en la mujer que en el hombre).

Edad. Aumentan las probabilidades especialmente después de la menopausia, aunque en los últimos años ha aumentado el diagnóstico en mujeres menores de 40 años.

Antecedentes personales de cáncer de mama. Una mujer que ha tenido cáncer en una mama presenta un riesgo más elevado de presentar un nuevo cáncer en cualquiera de las mamas.

Antecedentes familiares. La presencia de un familiar de primer grado (madre, hermana, hija) con cáncer de mama aumenta el riesgo entre 1,5 a 3 veces por sobre la población general. Este riesgo aumenta cuanto más temprana es la edad de aparición en el familiar afectado, y con el número de casos en la familia.

Mutaciones genéticas. Cambios heredados en ciertos genes, tales como en el BRCA1 y el BRCA2.

Historial reproductivo. Inicio temprano de la menstruación antes de los 12 años y comienzo de la menopausia después de los 55 años exponen a las mujeres a hormonas por más tiempo.

Densidad mamaria.A veces, puede hacer difícil la detección de tumores en una mamografía.

Tratamientos previos con radioterapia. Aquellas mujeres que antes de los 30 años recibieron radioterapia tienen un riesgo mayor de presentar cáncer de mama más adelante en la vida.

Los factores de riesgo modificables

• Sedentarismo Sedentarismo, no mantenerse físicamente activa.

• Sobrepeso o ser obesa después de la menopausia.

• Historial reproductivo. Quedar embarazada por primera vez después de los 30 años, no haber amamantando y no haber tenido un embarazo que llegue a término.

• Tomar alcohol. Algunos estudios muestran que el riesgo de la mujer de tener cáncer de mama aumenta cuanto mayor sea la cantidad de alcohol que tome.

• Tabaco: fumar aumenta la posibilidad de desarrollar cáncer de mama u otros tipos de cánceres.

• Dieta. Relacionado con el consumo pobre de fruta y vegetales y consumo excesivo de carnes rojas y de grasas saturadas.

Por último, muy importante y frecuentemente subestimado el estrés. Sentir una excesiva tensión física o emocional. Un hecho que probablemente nos afecte a todos y que experimentemos de distintas maneras y con distintas intensidades. Un hecho que está tan incorporado a nuestra vida diaria que nos hace acostumbrarnos a vivir así. Es un factor muy difícil de medir y de dimensionar y parece una locura pensar que ese solo hecho pueda predisponer a la aparición de cáncer, pero si nos ponemos a pensar que la mente y el cuerpo no están desconectados entre sí, sino todo lo contrario, es absolutamente posible que nuestras emociones alteren nuestro equilibrio corporal y se produzcan alteraciones orgánicas o enfermedades.

Todos los factores de riesgo modificables existen porque no nos enseñaron a vivir de otra manera más que adaptándonos a las exigencias del momento, sin poder frenar. Frenar es el desafío que tenemos todos para reducir nuestro riesgo personal de cáncer y disfrutar la vida. Al fin y al cabo, no existe una fórmula matemática que nos indique si nos va a tocar o no.

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