Las células madre son células especiales que tienen la capacidad de convertirse en otros tipos de células del cuerpo. Esto significa que pueden transformarse, por ejemplo, en células óseas, musculares, nerviosas o incluso en tejido dental. Además, tienen la capacidad de multiplicarse, lo que las hace muy útiles para reparar o regenerar tejidos dañados. Estas células se encuentran en varios lugares del cuerpo humano, como la médula ósea, el cordón umbilical y, de manera sorprendente, también en los dientes.

En la boca, muchas veces lidiamos con problemas que afectan el hueso, las encías o incluso el interior de los dientes. Hoy en día, las investigaciones con células madre han abierto la puerta a tratamientos más naturales y biológicos. La idea es ayudar al cuerpo a repararse a sí mismo, algo que parecía imposible hace unos años.

Uno de los descubrimientos más interesantes de los últimos años fue que dentro de los dientes también existen células madre. Están principalmente en la pulpa dental, el tejido blando que se encuentra en el interior de cada diente. Estas células se conocen como DPSCs (del inglés: dental pulp stem cells) y tienen un gran potencial regenerativo. Incluso los dientes de leche (los que se caen en la infancia) contienen un tipo de célula madre muy versátil, llamada SHED. Por eso, en algunos países ya existen bancos donde se pueden guardar los dientes de leche caídos para usarlos en el futuro en caso de ser necesario.

Aunque muchas terapias aún están en etapa de investigación, ya existen algunos avances concretos:

  • Regeneración de tejidos periodontales: En enfermedades como la periodontitis, donde se pierde hueso y encía, las células madre podrían ayudar a regenerar ese tejido perdido.
  • Reparación de la pulpa dental: En lugar de hacer tratamientos de conducto tradicionales, se está investigando cómo regenerar la pulpa del diente en niños y adolescentes, manteniendo el diente con vitalidad pulpar.
  • Reconstrucción ósea: En pacientes que necesitan implantes pero no tienen suficiente hueso, las células madre pueden ayudar a formar nuevo hueso de manera más eficiente.
  • Menor invasión: Se utilizan materiales biológicos y el propio cuerpo del paciente para sanar.
  • Mejor integración: Los tejidos regenerados tienden a adaptarse mejor que los artificiales.
  • Potencial a largo plazo: En el futuro, podría ser posible evitar extracciones o cirugías complejas gracias a estos métodos.

A pesar del potencial, todavía hay grandes desafíos. Muchos de estos tratamientos están en fase experimental o solo se aplican en centros de investigación. Además, pueden tener un costo elevado y no están disponibles en todas partes. También existen aspectos éticos y legales, como el uso de células madre en menores o el almacenamiento de dientes para uso futuro.

El campo de las células madre en odontología avanza rápidamente. En algunos años, podríamos ver tratamientos rutinarios que hoy parecen de ciencia ficción. Los odontólogos también podrán regenerar encías, hueso o incluso parte del diente dañado. Además, cada vez más profesionales se
están formando en esta área, lo que permitirá que estas terapias se vuelvan más accesibles para todos los pacientes.

Informarte, preguntar y no temer a las nuevas tecnologías. La odontología del futuro ya comenzó, y vos podes ser parte. Si estás por extraer un diente de leche de tu hijo o necesitas un tratamiento complejo, consulta con tu odontólogo de confianza sobre estas nuevas opciones.

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