Asesoramiento: Miriam Morales – Psicóloga Social – FB: MirianMorales


Las hermanas Mirabal, son parte de las más de 50.000 personas asesinadas en República Dominicana por el gobierno de Trujillo según los datos oficiales. Sus nombres quedaron cristalizados en la memoria popular como “las mariposas”, porque era el seudónimo que utilizaban para comunicarse clandestinamente en la cárcel.

Varios años después, en 1981, en el 1er. Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, llevado a cabo en Colombia, se decide que cada 25 de noviembre se celebre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Luego esto es ratificado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el año 1999.

Hoy esta fecha se resignifica; no solo por el contexto de violencia que vivimos a nivel global, con invasiones, guerras, y discursos de odio, sino también, porque dentro de las violencias en general, la violencia por motivos de género sigue estando presente en nuestra vida cotidiana. A veces aparece de manera imperceptible y naturalizada y otras veces irrumpe atrozmente, con la noticia de que una niña, una joven, una mujer o una persona trans, fue asesinada. Esto en la Argentina sucede prácticamente todos los días. La Corte Suprema de Justicia informo ́ que en el año 2022, una mujer fue asesinada cada 39 horas; y según los datos recabados de las Naciones Unidas: más de cinco mujeres y niñas son asesinadas por hora en el mundo. En ambos informes se resalta que, en la mayoría de los casos, los femicidas son esposos, novios o ex parejas de las víctimas y que los crímenes son cometidos dentro de los propios hogares. La violencia machista, a pesar de lo que en el último tiempo se difunde en las redes sociales, no es algo del pasado. Estos fríos números son parte de nuestro presente. Así como también lo son los abusos sexuales, las violaciones, que también ocurren con frecuencia en el entorno familiar.

Cuando hablamos de violencia machista, hablamos de distintos tipos de violencias que no sólo incluyen la violencia física y sexual, sino que estas violencias que son más visibles, generalmente están acompañadas de la violencia psicológica y la violencia económica o patrimonial. También existe la violencia simbólica, que opera fundamentalmente a través de los medios de comunicación y redes sociales, y la violencia política.

Cuando hablamos de violencia por motivos de género, señalamos que esta es producto de la relación de poder que se establece en el sistema patriarcal, entre hombres y mujeres.

Un sistema que sostiene la desigualdad entre géneros a partir del lugar, el rol, las tareas y las cualidades que se nos asignan a las mujeres y los varones desde que nacemos. Uno de los pilares que sostiene esas desigualdades es la división sexual del trabajo. Para decirlo más sencillamente, es la carga de todas las tareas de cuidado que se nos asigna a partir del sexo con el que nacemos y con el que se construye el género. Al género
femenino se le asignan, por ejemplo, las tareas de limpieza, crianza, cuidado de abuelas y abuelos, etc., etc. que es un trabajo en general no visibilizado, no reconocido y no remunerado (o mal remunerado). Son tareas relacionadas con la reproducción de la especie humana.

Por otro lado, las tareas productivas, ligadas al ámbito público, económico y político, históricamente fueron asignadas a los varones y tienen reconocimiento social y son remuneradas.

Pero si bien la violencia machista y las desigualdades de género siguen estando presente en nuestras vidas cotidianas, es innegable todo lo que se ha avanzado en materia de derechos y en igualdad de oportunidades según el género y el sexo Hace menos de un siglo atrás las mujeres no teníamos derecho ni a votar, ni a ser elegidas y las leyes impedían que las mujeres tengamos la patria potestad para decidir sobre nuestros bienes ya que
legalmente éramos considerada como menores de edad. Si nos remontamos un poco más atrás, no teníamos permitido estudiar entre tantas otras cosas.

Nuestra existencia sólo podía reducirse a cumplir el trabajo doméstico en el hogar, no siendo este reconocido y las violencias sufridas, no solo estaban invisibilizadas, sino en muchos casos legalizadas.

El avance que se dio, particularmente en el último siglo en materia de derechos y de igualdad, ha sido posible por los años de lucha impulsada por el movimiento de mujeres que confluyó luego con los movimientos de las diversidades sexuales y de género.

En Argentina, hay un evento que se ha sostenido en el tiempo, durante los últimos 36 años, que son los Encuentros Nacionales de Mujeres, que han
contribuido a la construcción colectiva de consensos, propuestas, identificación de las necesidades, etc. Desde el año 2022 estos encuentros que son federales, horizontales, democráticos y autogestionados, pasaron a renombrarse como 36 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries. En octubre de este año se realizó en Bariloche, con la participación de 90.000 mujeres y disidencias, que participaron en más de 120 talleres temáticos. Para el año 2024 se votó la provincia de Jujuy como próxima sede, lo que implica la posibilidad de que miles de mujeres y disidencias de nuestra provincia puedan acercarse a conocer y participar siendo verdaderas protagonistas. También va a traer un beneficio importante en relación a la actividad turística.

Estos espacios permiten un gran movimiento a nivel personal y colectivo con impacto en el conjunto de la sociedad, por que posibilita ser conscientes de nuestras realidades y compartir experiencias con otras personas que vivencian situaciones iguales y parecidas, por lo que aprendemos juntas fortaleciéndonos para continuar organizándonos en nuestras vidas cotidianas. Los talleres de debate incluyen cientos de temáticas que nos atraviesan, como trabajo, violencia, salud mental, adicciones, juventud, territorio, identidad, medio ambiente, educación sexual integral, aborto,
sexualidad, diversidad sexual, prostitución, vejez, acceso a la salud, terapias alternativas, trabajos de cuidado, religión, trata de personas, desocupación entre muchos otros.

Este 25N homenajeamos a las mujeres mariposas y a todas las mujeres que han abierto sus alas, continuando un camino marcado por el proceso histórico, en el que están presentes nuestros pesares, pero también la satisfacción de conquistar derechos e ir construyendo un mundo más justo e igualitario.

Centros de Atención específica de la violencia de género en la provincia de Jujuy:

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